22 de septiembre de 2008

Necesaria mayor vigilancia policiaca en el malecón ceibano


Por Lester Wilson

El notable impulso turístico que ha brindado el alcalde Francisco Santo Magaña a la Villa Puerto Ceiba, cuya muestra se puede observar con la visita de cientos de turistas al corredor Puerto Ceiba-El Bellote-Chiltepec, la creciente actividad en la zona restaurantera y el incremento de servicios, se desdibuja ante la falta de vigilancia y control de las autoridades locales.
Si bien es cierto que en otras entidades como Veracruz y Tamaulipas, por citar algunos, el turismo tiene mayor libertad con las bebidas alcohólicas; en la Villa Puerto Ceiba esta libertad se está convirtiendo en un libertinaje que viola el Bando de policía y Buen gobierno, además de ofender la moral y las buenas costumbres de las familias ceibanas que viven frente al malecón “Pablo Márquez”, lo que hace necesario que las autoridades tomen control de la situación.
Y es que por las noches, concurren decenas de vehículos cuyos conductores, en su mayoría jovenzuelos ebrios y borrachos escandalosos, cometen todo tipo de atropellos, como arrojar basura y desperdicios en las áreas verdes y al lecho del río, e incluso hacer sus necesidades frente a los vecinos que ya no pueden salir a tomar el aire fresco por las noches, sin temor a que algún borracho exhiba sus genitales mientras orina en la llanta del algún automóvil, ya que la falta de vigilancia policiaca permite este tipo de espectáculos tercermundistas.
Los jóvenes escuchan música en sus autos a todo volume, arrojan basura en el malecón y se aseguran de mantener el lugar con un olor nauseabundo por los orines que vierten por todos lados, mientras los pocos elementos policiacos que aciertan a pasar por el lugar, en muchas ocasiones son objeto de burla por parte de algunos turistas criollos.
Es cierto que Puerto Ceiba es un lugar turístico con muchas expectativas por delante y que es parte fundamental del corredor turístico que las autoridades pretenden promover a corto plazo, pero hay que cuidar su imagen, controlar el consumo de alcohol, y corresponder a la hospitalidad de la gente.
La población ceibana es orgullosa de la belleza de sus paisajes y la comparte gustosa con propios y extraños, sin embargo, parece que algunas personas no cuentan aún con la cultura necesaria para convivir en un marco de respeto y civilidad, lo que hace necesaria una mayor vigilancia por parte de las autoridades, ya que esta es una de sus obligaciones.
Desde este espacio les pedimos a las autoridades municipales, así como al delegado municipal, que pongan más atención al respecto, colocando letrinas portátiles, vigilando y sirviendo a la población como es debido, porque cuando las autoridades dejan de hacer su trabajo, es cuando la gente se toma en sus manos la aplicación de la ley.

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