2 de febrero de 2010

Cobarde agresión a prestigiado comunicador comalcalquense


Que se investigue a fondo, pide don Roberto Jiménez, ante la golpiza que le propinó un desconocido cuyas intenciones eran claramente intimidatorias

COMALCALCO, TAB.- El gremio periodístico comalcalquense y de la región Chontalpa se encuentra indignado por la cobarde agresión que sufriera el pasado domingo 3 de enero uno de los decanos del periodismo en Comalcalco y en sí, en Tabasco: don Roberto Jiménez López, quien fuera salvajemente golpeado por un desconocido que le saltó sorpresivamente cuando caminaba por la calle Reforma de esta ciudad.
Recuperado de la tunda recibida, don Beto Jiménez concedió una entrevista a este corresponsal en la oficina de su periódico, ubicada en la esquina que conforman las calles Reforma y Miguel Bosada. Detalla cómo alguien poderoso escondido en el anonimato y ante la impotencia de quitar su coraje por sí mismo, lo mandó a golpear con un delincuente.
Y así contó lo sucedido: “El domingo pasado me fui como a las seis de la mañana, aquí por la calle Reforma, con rumbo al módulo de la XCCN, para tomar parte en el noticiero radiofónico de don Gilberto García Sánchez, ahí llego todos los domingos para hacer mis comentarios. Eran como las seis y pico de la mañana, pero al ir de aquí a la altura donde tiene su consultorio el Dr. Paz a la altura de la calle Reforma, de pronto me salió un fulano de uno de los vehículos que estaban estacionados ahí”.
Añadió: “Como llego todos los domingos, siempre voy con desconfianza y con mucho cuidado, porque como a esa hora casi no hay tráfico está muy solitario a esa hora y siempre me voy con cuidado, pero siempre procuro irme por el lado de la banqueta donde no hay vehículos, pero ese día me fui aquí donde estaban todos los vehículos estacionados y de pronto me salió un fulano intempestivamente de atrás de un vehículo y se me echó encima, lanzándome piñazos; yo le preguntaba: “¿Por qué me pegas?”, tratando de quitarme los chingadazos con la mano”.
Indicó que el agresor era como de 1.75 de estatura, un poquito más alto que él; claro de color, tirando a blanco, de complexión normal. “Yo me quitaba los piñazos con la mano, pero en una de esas me arrimó bien puesto aquí en el ojo izquierdo y claro que ahí sí me aventó al suelo; yo caí embrocado y llevé todo el golpe en la cara y en la frente, fue un golpe brutal y entonces ahí me quedé un poco medio noqueado pero no inconsciente, fue cuando aprovechó para agarrarme a patadas en el suelo”.
Dijo que a esa hora no había vecinos en la calle, por eso el agresor actuó impunemente; sin embargo, medio “noqueado” se dio cuenta de que se acercaba una persona y el maleante huyó dejándolo tendido en el pavimento. Al tratar de levantarse cayó de bruces nuevamente y fue así como lo encontró el ingeniero Arquímedes Romero, que vive enfrente del periódico, quien lo auxilió de inmediato y dio aviso a sus familiares.

Aunque tenía la cara bañada en sangre, no sufrió mayores daños en sus órganos internos porque traía un abrigo grueso que le amortiguó las patadas, de lo contrario considera que le hubieran quebrado alguna costilla. Con la ayuda de sus familiares fue llevado con el doctor Ocampo, pero al no encontrarlo fue atendido por su hijo que también es médico, mientras que el ingeniero Arquímedes le avisó por teléfono a don Gilberto García Sánchez quien llegó de inmediato y tomó nota de lo sucedido. Después de que lo curaron fue trasladado al hospital regional para que lo examinaran por alguna lesión interna.

El móvil fue venganza

Tocándose las heridas en su rostro, una en el pómulo izquierdo, otra en la nariz y en la frente, que ya empiezan a cicatrizar, así como su ojo izquierdo amoratado, don Roberto Jiménez precisó que no le robaron nada y deduce que la intención era golpearlo “porque no me quitaron nada, ni el reloj que ahí estaba tirado en el suelo”.
—¿A qué le atribuye ese ataque?
—Como yo siempre estoy en la radio y en mi periódico denunciando a políticos corruptos y mafiosos, haciendo constantemente denuncias contra tantas anomalías que cometen funcionarios por aquí, funcionarios por allá y a todos los políticos me los llevo por parejo, pues quién sabe, yo creo que alguien me mandó a golpear, pero no sé quién.
—Recientemente ¿a quién se ha referido en sus escritos o comentarios?
—Pues a medio mundo, sabemos la plaga de políticos que hay, particularmente últimamente he estado denunciando fuertemente el caso del presidente municipal que salió, que uno de sus funcionarios mandó a poner un terraplén en pleno río, lo cual constituye un atentado muy grave en contra de la ciudad, porque cuando haya una creciente va a hacer un desastre y eso yo lo he estado denunciando muy insistentemente, inclusive mandamos un comunicado al gobernador informando de esta pero eso no quiere decir que le esté echando la culpa a él.
—¿Se siente intimidado por este hecho? ¿Va a influir en su quehacer periodístico?
—No, absolutamente, yo estoy acostumbrado. A través de tantos años de lucha que llevo dentro de la izquierda socialista revolucionaria, no es la primera vez que sufro un atentado; he sufrido hasta encarcelamientos y también a punto de que me maten; uno como periodista tiene la obligación de estar señalando a todas las lacras que se dan en la sociedad, de estar luchando en contra de las injusticias del sistema; si no para qué se mete uno de periodista, mejor se retira. Mientras siga siendo periodista voy a seguir denunciando los actos de corrupción, pero siempre sin ofender a nadie en lo personal, sin incurrir en vocablos procaces, insultantes u ofensivos; respeto a todo mundo, respeto la vida privada de la gente y procuro no ofender a nadie en lo personal; yo en mis críticas me los llevo a todos por parejo pero en lo personal no ofendo a nadie, ni en el periódico ni en ninguna circunstancia, me gusta respetar a todo mundo para que me respeten a mi familia”.


Que se investigue a fondo, exige

Roberto Jiménez ya hizo su denuncia en la agencia del Ministerio Público, donde levantaron todas las actas y le aseguraron que le van a dar curso a la investigación, “aunque yo sé que ahí no averiguan nada y este caso yo considero que no es fácil. Ya he pasado por muchos obstáculos, esto no es nada comparado con lo que he pasado en otras ocasiones…”
—¿Cómo qué le ha pasado?
—Pues una vez me tuvieron en el reclusorio ocho meses, fui aprehendido por la policía en septiembre de 1973 por los conflictos políticos que hubieron aquí en Comalcalco, bastante fuertes porque hubieron muertos y heridos, grandes trifulcas y fuimos a la cárcel muchos ciudadanos, pero al que más le echaban la culpa era a mí”.
Indica que participó en ese movimiento como periodista, donde también le secuestraron la imprenta.
—¿Qué petición le hace usted a las autoridades ante este hecho?
“Pues yo lo que pienso es que en realidad, cuando se da una situación como esta, le deben dar seguimiento pero con el interés debido, porque muchas veces sucede que no le ponen empeño y archivan los expedientes, no averiguan nada, no le dan la importancia debida; yo creo que deben hacer investigaciones serias, a fondo, no tomarlo como un caso más.
“Porque esto me sucedió a mí, pero lo mismo le puede pasar a otro compañero también del gremio, que cualquiera que no le guste lo que publicamos dirá: “Vamos a darle una madiza, para que escarmiente, porque total que no van a averiguar nada”; por deben hacer una investigación a fondo, que no quede la cosa nomás como que aquí no pasó nada”, concluyó.

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Limpia trayectoria de un luchador social

Con más de 45 años de ejercer el oficio de periodista, congruente con sus ideales, don Roberto Jiménez López, conocido popularmente por sus paisanos como “Beto Alacrán”, mote que se debe al nombre de su periódico que él fundó el 25 de febrero de 1973, es reconocido por la ciudadanía de La Perla de la Chontalpa por su periodismo combativo, simpatizante con la izquierda, autodidacta, comprometido con la verdad y su sencillez en el trato. Antes de que fundara El Alacrán este personaje ya había escrito para otros medios, entre éstos, El Chompipe, donde estuvo siete años de tiempo completo; escribió también en la década de los 50’s algunos artículos en El Hijo del Garabato, entre otros medios.
En su modesta oficina, se aprecian algunos cuadros donde aparece su fotografía insertada en una propaganda política, ya que, como él mismo cuenta, fue candidato a gobernador del estado por el Partido Socialista Unificado de México (PSUM), contendiendo contra Enrique González Pedrero, por el PRI; cuando estuvo en el Partido Comunista Mexicano en 1979, participó como candidato a diputado federal por su distrito y compitió contra el priista Humberto Hernández Haddad; también fue candidato a senador por el PSUM y candidato a diputado local por el Partido Mexicano Socialista, en 1989 cuando Heberto Castillo declinó a favor de Cuauhtémoc Cárdenas.
Admirador del Che Guevara, de Fidel Castro y Lenin, practicante de la francmasonería, don Roberto recordó la lucha que desde muy joven ha emprendido desde la izquierda socialista.
Ha escrito varios libros, entre éstos una biografía de su padre, quien participó en el levantamiento que encabezó Carlos Greene y además era el “muchacho” de confianza de Tomás Garrido Canabal; ha escrito también “Historia de la lucha de los cacaoteros”, en dos tomos; “México Revolucionario”, dos libros de poemas; “La lucha comalera por la democracia”, donde detalla el conflicto que se vivió en Comalcalco en 1973, cuando el entonces gobernador del estado, Mario Trujillo, quiso imponer a Rafael Caso Vidal como presidente de este municipio y el pueblo quería como su presidente a Francisco Peralta Burelo.

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