2 de febrero de 2010

Editorial


Gobernar con transparencia, reto de los alcaldes

El reto que los nuevos alcaldes de los 17 municipios del estado tienen no es nada fácil; con los escasos recursos económicos con los que contarán en el primer año de inicio de sus administraciones municipales, buscarán darle respuesta a la demanda social que existe en cada una de las demarcaciones en materia de agua potable, electrificación, pavimentación de calles y caminos; seguridad pública, salud, educación y otras exigencias que la ciudadanía les hizo en campaña a cada uno de los ediles recién estrenados.
Los nuevos alcaldes tendrán que echar mano de su imaginación y de su capacidad para administrar —si es que la tienen—, para poder cumplir medianamente a sus gobernados; deberán tocar puertas en las instancias federales y estatales para que bajen más recursos, hacer más eficiente la recaudación de los impuestos que se pagan en los ayuntamientos, como el predial, el derecho de construcción, los permisos para expender en la vía pública, aplicar las multas que marca la ley por contaminar el medio ambiente y muchos gravámenes que se pueden cobrar con apego a derecho.
Pero sin duda alguna lo que deberán hacer los nuevos presidentes municipales, es tener mucho cuidado en la aplicación y uso de los recursos, vigilar que sus colaboradores actúen con honradez y que no hagan mal uso del presupuesto que está destinado para aplicarse en las obras y acciones de gobierno.
No es permisible a estas alturas que quienes lleguen al poder sólo lo hagan pensando en sus propios intereses; la ciudadanía tabasqueña ya está cansada de que cada tres años surjan nuevos ricos procedentes de los ayuntamientos, donde se les dio la oportunidad y la confianza para administrar los recursos del pueblo y lo único que hicieron es maquillar las cuentas y robarse el dinero.
Los diputados entrantes, pero más que nadie el pueblo, deberán estar muy al pendiente de los actos que realicen los nuevos responsables de los ayuntamientos del estado, para velar por los intereses de los ciudadanos, vigilar que no se desvíen los recursos y castigar en consecuencia a quienes así lo hagan.
Estamos en tiempos de crisis económica y la tarea de gobernar bien es urgente; pero también lo es, que también los ciudadanos cumplan con la parte que les corresponde hacer; buscar una participación más activa en el quehacer social, no dejarle toda la carga a los gobernantes, porque ningún presupuesto alcanza para remediar todos los males de un municipio en tan sólo tres años.
Señores presidentes municipales: lo que tanto anhelaron ahora lo tienen en sus manos; cumplan con lo que prometieron, sean honestos en todas sus acciones; busquen pasar a la historia por la buena actuación que puedan tener y no porque los ciudadanos dentro de tres años les señalen de ladrones y sinvergüenzas, a como ha pasado con muchos que abusaron de la confianza que sus paisanos les dieron y hoy ya no se pueden quitar ese vergonzoso estigma de ladrones.

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